Al analizar los diferentes incidentes que ocurren en los edificios de viviendas, los daños por agua encabezan la lista con una notable diferencia. Aproximadamente 700.000 percances de este tipo se producen anualmente, seguidos de los fenómenos atmosféricos, cuya cifra desciende hasta los 120.000 casos, según estimaciones.

Tipos de daños por agua y responsabilidades

Los daños por agua en una comunidad de vecinos pueden ocurrir por diferentes motivos, dependiendo del origen de la fuga:

1. Tuberías comunitarias o bajantes: Suelen ser responsables de un gran número de siniestros, especialmente en inmuebles más antiguos. En este caso, la responsabilidad está bien definida: los gastos asociados a la reparación corresponden a la comunidad, ya sea a través del seguro o directamente del bolsillo de los vecinos. Dado que estos conductos son un elemento común, la propia comunidad debe responsabilizarse de su mantenimiento y de solventar los desperfectos que se originen.

2. Tuberías privativas de un piso en concreto: En este supuesto, el propietario está obligado a reparar la fuga y a sufragar los daños que se hayan producido en otras viviendas contiguas o en las zonas comunes del edificio. Por eso, es importante contar con la ayuda de un profesional para poder volver a la normalidad en el bloque rápidamente.

3. Fenómenos atmosféricos: Los daños por agua en una comunidad también pueden tener su origen en eventos meteorológicos como lluvia, tormenta o granizo. En este caso, lo más importante es averiguar por dónde se está produciendo la filtración para solventar el problema. Por norma general, la comunidad de propietarios siempre se hace cargo de los gastos asociados a este incidente.

Cobertura de daños por agua en el seguro de comunidades

Es fundamental que el seguro de comunidades de propietarios incluya la cobertura de daños por agua. Esta garantía cubre la reparación o indemnización de los desperfectos que se produzcan en los bienes asegurados como consecuencia de un derrame accidental o una fuga procedente de instalaciones, filtraciones, grifos, llaves de paso, etc.

Además de contar con una póliza adecuada, es esencial realizar revisiones periódicas de las instalaciones y realizar un mantenimiento preventivo para detectar y solucionar posibles fugas o daños antes de que se agraven. Una gestión eficiente y proactiva de los daños por agua en las comunidades de vecinos puede evitar problemas mayores y costos más altos en el futuro.